Sensor de deformación de nueva generación con aplicación en ingeniería civil, tráfico, geotecnia, hidrología y mecánica del suelo
Un instituto científico eslovaco ha desarrollado un sensor magnetoelástico de deformación de nueva generación basado en materiales (quasi) cristalinos amorfos/nanométricos avanzados. El sensor ha sido probado en condiciones reales en un embalse, un túnel y un gasoducto con excelentes resultados. Las posibles aplicaciones de la tecnología se encuentran en los sectores de ingeniería civil, tráfico, geotecnia, hidrología y mecánica del suelo, etc. Su principio tecnológico es único y tiene numerosas ventajas frente a las técnicas de detección de deformación actuales, como sensores de resistencia, vibración, resonancia, cadena y película. El instituto busca socios con el fin de establecer acuerdos de licencia y cooperación en materia de investigación.
Cooperación Tecnológica
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